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Mostrando entradas de octubre 24, 2009

Tomaremos vino, por supuesto.

Mucho se ha escrito sobre el vino en el restaurante pero aún no está todo ni dicho ni hecho. Lo normal es que uno o varios comensales tengan a su disposición una carta de vinos y de ahí elijan lo que quieran en función de sus apetencias, lo cual no es tan sencillo como parece porque según aumenta el número de clientes las preferencias serán variables y no tan sencillas de conjugar. Mientras hay amantes de los blancos y rosados, los fanáticos del tinto abundan y encima son mayoría los que se decantan por una o dos denominaciones de origen e incluso por bodegas en concreto. El que come solo no tiene con quién discutir pero se encuentra casi siempre con que la unidad mínima de consumo es la tradicional botella de tres cuartos de litro, a todas luces excesiva para la mayoría de los mortales. En algunas cartas se encuentran botellas de cuarto y mitad (375 mililitros), que se ajustan más al consumo individual pero esa no es la norma. La posibilidad que queda es la del consumo por copas, siem